1.5. LA SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS

1.5.1. RESPONSABILIDAD DE USTED COMO CONSUMIDOR (3/3)

Asegúrese de que el establecimiento donde compra mantiene los alimentos industriales, que vienen envasados, en las condiciones adecuadas que marca el propio fabricante en el etiquetado.

El mantenimiento del producto en las correctas condiciones y temperaturas de refrigeración o congelación

Si en el punto de venta se expenden alimentos sin envasar, como carne o pescado o, si por ejemplo, en bares y restaurantes le ofrecen platos preparados, compruebe que estos se manipulan y mantienen en condiciones adecuadas e higiénicas.

La identificación del producto es otro aspecto de vital importancia.

Un producto no identificado es un producto de riesgo. No lo compre

Así, la etiqueta es una garantía de seguridad, identificando a la empresa productora y la naturaleza del alimento. No olvide leer el etiquetado, prestando especial atención a la composición del producto, a las instrucciones de conservación y a las fechas de caducidad o de consumo preferente.

Los estudios epidemiológicos demuestran que la mayoría de las intoxicaciones e infecciones alimentarias tiene lugar en el hogar, por manipulación doméstica poco higiénica o inadecuada.

• Es preciso recordar que la mayoría de los alimentos frescos precisan refrigeración y que la conservación a temperatura ambiente es un gran riesgo, aunque se trate de pocas horas.
• En el frigorífico, además, han de separarse los alimentos crudos de los cocinados, impidiendo que los primeros puedan contaminar.
• El calor es una forma de esterilización de los alimentos. Cuando cocine, hágalo suficientemente. También, cuando recaliente platos, previamente preparados en casa.
• No olvide lavar bien todas las verduras y hortalizas, especialmente si son para consumo en crudo, a ser posible añadiendo al agua unas gotas de lejía apta para consumo alimentario. Podrá prevenir, así, enfermedades parasitarias tan serias como la hidatidosis.

La higiene personal es muy importante, siendo fundamental lavarse las manos antes de manipular alimentos y, especialmente, cuando cambie de un producto crudo a otro. También las superficies utilizadas de la cocina y los utensilios han de estar y mantenerse escrupulosamente limpios.