1. INTRODUCCIÓN A LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

1.5. LA SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS

1.5.1. RESPONSABILIDAD DE USTED COMO CONSUMIDOR (2/3)

El control de la calidad higiénica comienza por la legislación, tanto nacional como comunitaria, que exige el cumplimiento de estrictas normas, desde la producción hasta el consumo. En nuestro país, las administraciones central, autonómica y municipal se reparten, además, labores de control e inspección, mediante la realización de tomas periódicas de muestras para su análisis.

Por otra parte, las propias empresas alimentarias, en interés del consumidor y propio, cada vez extreman más la búsqueda de la higiene y la seguridad de sus productos, estableciendo sofisticados mecanismos de autocontrol, que se suman a los exigidos por la Ley.

Pero en esta cadena de búsqueda de la seguridad, hay un eslabón clave que no debe fallar: usted mismo, el consumidor

La importancia del consumidor en la prevención de las infecciones e intoxicaciones alimentarias radica en dos aspectos fundamentales.

PRIMER ASPECTO

El consumidor es quien, mediante su acto de compra, establece la selección de un producto, del fabricante y del establecimiento que lo comercializa.

Es, pues, quien tiene el poder de exigir, a cambio de su dinero, unas características determinadas de seguridad en el producto y en el establecimiento distribuidor, por el sencillo sistema de dejar de comprar el producto inadecuado o en el punto de venta que no cumpla las debidas condiciones.

Pero, además, como ciudadano, usted tiene derecho a reclamar o, yendo más lejos, de denunciar el incumplimiento, por parte del producto o del local, de los requisitos legales de higiene o seguridad.

Este trámite lo puede efectuar en los centros de salud pública de su comunidad autónoma o en los servicios de salud y consumo de su ayuntamiento.

SEGUNDO ASPECTO

El consumidor somete el alimento comprado a sus propios procesos de manipulación y conservación que, si son inadecuados, pueden, a su vez, constituir un nuevo riesgo de contaminación biológica o química.

Su actitud ante los dos aspectos anteriores determina, definitivamente, si usted consume o no alimentos higiénicamente seguros.

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