3.2. EL LIBRO BLANCO

En el Libro Blanco sobre seguridad alimentaria se hace hincapié en la necesidad de una política que se sustente en una base política sólida y en una legislación actualizada. Esta refundición general de la legislación comunitaria está dirigida a restablecer la confianza de los consumidores —que se ha perdido debido a las crisis alimentarias recientes—, mediante la participación de todas las partes interesadas:

• el público en general,
• las organizaciones no gubernamentales,
• las asociaciones profesionales,
• los socios comerciales
• y las organizaciones del comercio internacional.

La libre circulación de alimentos sanos y seguros es un principio fundamental del correcto funcionamiento del mercado interior. Sin embargo, en ocasiones, las diferencias entre las legislaciones alimentarias de los Estados miembros obstaculizan la libre circulación de los alimentos. Por consiguiente, es necesario definir a escala comunitaria una base común para las medidas que regulan los alimentos y los piensos.

Para adoptar un enfoque global e integrado «de la granja a la mesa», la legislación debe tener en cuenta todos los aspectos de la cadena de producción alimentaria: desde la producción, la transformación, el transporte o la distribución, hasta el suministro de los alimentos o los piensos. En todas estas etapas, la responsabilidad de velar por la seguridad de los alimentos es compartida por todos los participantes en la cadena alimentaria.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) refuerza el sistema actual de soporte científico y técnico. Su misión fundamental consiste en aportar una ayuda, así como proporcionar dictámenes científicos independientes, y crear una red con vistas a una cooperación estrecha con los organismos similares existentes en los Estados miembros. Asimismo, evalúa los riesgos existentes en la cadena alimentaria e informa al público en general de los riesgos reales y emergentes.

Por último, las crisis alimentarias recientes han puesto de manifiesto la necesidad de mejorar los procedimientos relativos a la seguridad alimentaria. En este sentido, el sistema de alerta rápida se ha ampliado para que incluya los piensos y para identificar medidas urgentes y de gestión de crisis. Asimismo, se crea un Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y de Sanidad Animal, que sustituye a los comités permanentes actuales.