2.3. EQUIPO AUDITOR

2.3.4. INDEPENDENCIA DE LOS AUDITORES

Los auditores deben ser imparciales y estar libres de influencias que pudieran afectar a su objetividad, es decir, hay que respetar el principio de que “un auditor no puede auditar su propio trabajo”. Aunque esto, en empresas pequeñas, resulta bastante difícil.

Lo ideal es que la auditoría interna la realice un equipo auditor ajeno a la organización garantizando de esta manera su objetividad, siendo siempre muy útil una visión realizada desde fuera, pero esto supone un coste adicional que, para cierto tipo de empresas por su tamaño, puede ser un lujo difícil de permitirse.

Para garantizar dicha independencia, los auditores:

• Se limitan al ámbito de la auditoría;
• Actúan con objetividad;
• Recogen y analizan las evidencias pertinentes y suficientes para permitir obtener las conclusiones relativas al sistema de la calidad auditado;
• Están atentos a cualquier indicación de evidencia que pudiera influir en los resultados de la auditoría y, en su caso, hiciera necesaria una auditoría más extensa;
• Actúan en todo momento respetando al profesional.